Impacto del mal de altura en generadores diesel
En las regiones de gran altitud, debido al aire poco denso, la baja presión atmosférica y la menor concentración de oxígeno, los generadores eléctricos diésel pueden experimentar una especie de “mal de altura”, similar al de los seres humanos.
Las principales manifestaciones incluyen pérdida de potencia, dificultad de arranque, aumento del consumo de combustible y emisión de humo negro.
Estos problemas no solo afectan el rendimiento del generador, sino que también pueden provocar daños en los equipos e incrementar los costos operativos.
A continuación, se detallan los problemas más comunes en altitudes elevadas y las medidas recomendadas para mitigarlos:
1. Pérdida de potencia
A medida que aumenta la altitud, disminuyen la densidad del aire y el contenido de oxígeno, lo que reduce la cantidad de aire admitido por el motor y provoca una combustión incompleta, generando así una caída en la potencia de salida.
Medidas recomendadas：
Instalar un turbocargador de gases de escape o un turbo eléctrico para aumentar el flujo de aire y recuperar parte de la potencia.
Aplicar una corrección de potencia según la altitud: por cada 1,000 metros de aumento, la potencia disminuye aproximadamente un 8%–10%.
2. Dificultad de arranque
Las grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche provocan que el motor, el sistema de enfriamiento y el sistema de combustible se encuentren en estado frío durante el arranque. Esto ocasiona mala atomización del combustible, mayor viscosidad del aceite y mayor resistencia mecánica.
Soluciones：
Incorporar sistemas de pre-calentamiento: calentadores de aceite, calentadores de agua del bloque (camisa de agua) y calentadores de aire de admisión.
Ajustar los parámetros de inyección durante el arranque en motores con control electrónico para garantizar una correcta relación aire-combustible.
3. Aumento en el consumo de combustible
La combustión incompleta en condiciones de baja presión y poco oxígeno obliga al motor a consumir más combustible para mantener la misma potencia.
Soluciones：
Ajustar el momento de inyección y la presión de inyección para mejorar la eficiencia de combustión.
Utilizar turbocargadores para aumentar la admisión de aire y asegurar la combustión adecuada.
4. Emisión de humo negro
Cuando la combustión es insuficiente, parte del combustible no quemado se expulsa por el escape en forma de humo negro.
Medidas correctivas：
Instalar o actualizar el turbocargador para mejorar la relación aire-combustible.
Optimizar los parámetros de inyección para garantizar una combustión más completa.
5. Reducción del rendimiento eléctrico
A grandes altitudes, la menor densidad del aire afecta la disipación de calor, provocando un aumento de la temperatura del generador y disminuciones en su rendimiento eléctrico.
Soluciones：
Ampliar el área del radiador y utilizar refrigerantes con puntos de ebullición más altos.
Mejorar el aislamiento de los componentes eléctricos para evitar fallas causadas por la reducción de la resistencia dieléctrica del aire.
6. Disminución del rendimiento mecánico
El aumento de la resistencia al arranque y la mayor fricción causada por las bajas temperaturas incrementan el desgaste mecánico.
Recomendaciones：
Usar aceites lubricantes aptos para bajas temperaturas, reduciendo así la resistencia al arranque.
Realizar mantenimientos regulares y sustituir piezas desgastadas a tiempo.
Conclusión
Los generadores eléctricos diésel efectivamente pueden experimentar una “reacción de altura” en zonas de gran altitud, lo que se refleja en pérdida de potencia, dificultad de arranque y mayor consumo de combustible.
Sin embargo, mediante el uso de tecnología de sobrealimentación, optimización de parámetros de combustión, mejoras en el sistema de enfriamiento y equipos auxiliares de arranque en frío, es posible mitigar significativamente estos efectos y garantizar un funcionamiento estable del generador en entornos de alta montaña.
